En un gran avance para el sector marítimo, los buques propulsados por amoníaco han surgido como una solución importante para minimizar las emisiones de carbono. En septiembre de 2024, casi 430 buques marítimos preparados con amoníaco están operativos o en fase de pedido.
Los buques de emisiones cero prometen transformar las rutas marítimas de larga distancia. Sin embargo, su adopción masiva tropieza con múltiples obstáculos comerciales.
Según Oliver T. Edwards, gurú de la huella de carbono, la cronología para el despliegue masivo está estrechamente ligada a la caída de los costes de producción del amoníaco ecológico. Se espera que estos costes se reduzcan para 2030 y que alcancen el punto de equilibrio en 2050, a medida que las energías renovables se vuelvan fácilmente asequibles. Por ahora, los modelos de leasing ayudan a minimizar las necesidades de capital inicial de los armadores.
Liderar la transición
El paso a los buques propulsados por amoníaco ha reunido a múltiples partes interesadas, como financieros, armadores, innovadores y gobiernos. Los armadores están a la vanguardia de esta transición, adoptando buques innovadores para cumplir la creciente normativa medioambiental.
Los financieros dudan ante los riesgos de invertir en esta tecnología en ciernes. Sin embargo, las instituciones públicas y los gobiernos desempeñarán un papel fundamental aportando el capital necesario.
En ese sentido, un barco propulsado por amoníaco diseño de Maersk El Centro Mc-Kinney Møller para el Transporte Marítimo con Emisiones Cero de Carbono (Centro MMM) obtuvo la aprobación de principio (AiP) de dos reputadas sociedades de clasificación.
El uso de combustible de amoníaco en los portacontenedores está en fase de desarrollo. No obstante, un reciente estudiar del Foro Marítimo Mundial, en la que se explican las actividades del Centro MMM. Proyecto de diseño NoGAPS, El estudio de Nordic Innovation, realizado en el año 2000, descubrió que la diferencia de costes entre los buques de amoníaco y los de propulsión tradicional podría eliminarse ya en 2026. En el caso de un modelo de Innovación Nórdica publicado, el buque es propiedad de una sociedad con fines especiales (SPC), una entidad jurídica concebida especialmente para explotar y poseer el buque.
El atractivo del amoníaco
El amoníaco puede convertirse pronto en un factor de cambio para ayudar a descarbonizar el sector del transporte marítimo. El amoníaco ofrece un gran camino hacia las emisiones cero de carbono en el espacio marítimo.
La creación y el despliegue de buques propulsados por amoníaco se están desarrollando en los centros de transporte marítimo de todo el mundo. Por ejemplo, en Europa, se espera que la Unión Europea apoye el cambio utilizando ayudas y subvenciones para ampliar la infraestructura del amoníaco.
En Estados Unidos, la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) ha redujo los costes financieros a los armadores, contribuyendo a facilitar el paso a buques de emisiones cero. Según Edwards, la creación de una gran red mundial de abastecimiento de amoníaco es importante para la adopción masiva de la nueva tecnología de transporte marítimo.
No obstante, la preparación del mercado para la adopción del amoníaco a gran escala depende de la velocidad de desarrollo de las infraestructuras y de un apoyo de capital suficiente.
Retos comerciales
A pesar de su enorme potencial, el cambio a los buques que funcionan con amoníaco se enfrenta a múltiples retos. Las restricciones infraestructurales, los elevados costes y las incertidumbres del mercado plantean grandes retos. El amoníaco es más caro que los combustibles tradicionales, lo que aumenta riesgos financieros para los armadores. Los armadores no han visto ningún incentivo normativo ni ahorro operativo que compense su inversión inicial.
Los proveedores financieros están preocupados por la viabilidad a largo plazo y el rendimiento de la inversión. Además, la ausencia de un ecosistema mundial de abastecimiento de amoníaco aumenta la incertidumbre. Por otro lado, los riesgos tecnológicos incluyen una rápida obsolescencia y posibles problemas técnicos.
Resolver los retos
Se han creado varias soluciones para resolver estos retos comerciales. Las estructuras de capital innovadoras, como los préstamos vinculados a la sostenibilidad, las inversiones de capital de los armadores y las subvenciones públicas ayudarán a minimizar los riesgos financieros. No obstante, el apoyo de capital destinado al despliegue de buques de combustible de amonio se concentra en el norte de Asia y Europa.
Estas soluciones tratan de mitigar los costes de despliegue combinando inversiones privadas y públicas. Los armadores han optado por buques multicombustible para reducir costes y riesgos durante la fase de transición. Estas estrategias atraerán una financiación competitiva e impulsarán la adopción de buques propulsados por amoníaco. Así surgirá un futuro marítimo sostenible.
El éxito de la implantación de los buques propulsados por amoníaco dependerá de que se resuelvan estos problemas y se consiga el apoyo de todas las partes interesadas en la transición del espacio marítimo hacia un futuro más ecológico.
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